viernes, 22 de abril de 2011

El Niño y La Terapia Floral

Seguramente no sea lo más habitual que recete el pediatra en los controles. Pero, sin embargo, es una opción que todos los padres deberían de considerar para brindarle al hijo un crecimiento feliz.
 La terapia floral acompaña el desarrollo del niño y desde que nace puede estar presente para superar la angustia y el shock del trauma del nacimiento. Se basan en una concepción holística del ser humano y su efecto no depende de creer ó no creer en ellas. Adecuadamente indicadas y tomadas, no solo notan sus efectos quienes las toman sino también su entorno.
Las Esencias florales están elaboradas a partir de las vibraciones de 38 flores escogidas por el doctor Edward Bach, el creador del sistema- ayudan, al vibrar en el mismo patrón de las emociones humanas, a reestablecer los desequilibrios anímicos ante cualquier mal infantil.

Problemas cotidianos:

Problemas para dormir, Pesadillas-Miedos -Temor a estar a solas.-Al niño que soporta su miedo en silencio- Temor  de que les suceda algo desagradable a aquellos a quienes se ama demasiado, Mojar la cama, Exámenes -Estudios, Rabietas, hipersensibilidad con llanto, caprichos, Para niños que hacen cosas por miedo, Risas nerviosas y dificultades al hablar, En niños que tienen reacciones inesperadas y contradictorias de un momento a otro, Hiperactividad, Déficit de atención, Frustración-baja autoestima-timidez.

¿Cómo es la consulta con un terapeuta floral?

 Lo primero es una entrevista con el niño, que provee al terapeuta de un bagaje importante de datos para el momento de decidir qué flores irán en su fórmula. Se observa la postura, el modo de hablar, la carita, la mirada del niño y un sinfín de detalles que hablan por sí solos por medio de juegos. Se les preguntan tres cualidades y tres defectos. Esto lleva 15 minutos. Luego se mide la energía de cada chakra con un péndulo radiestésico. Así se identifican las esencias, de acuerdos a los centros que estén alterados.

Las flores de Bach, ¿curan enfermedades?

No- No curan enfermedades, sino que equilibran emociones. Los niños tienen fuerzas internas potenciales, que cuando no se pueden expresar es porque están ausentes, como un niño triste, abatido, que le falta la alegría natural. En ese plano entrará a actuar la esencia floral, en el desequilibrio emocional, y eso naturalmente tendrá un correlato en su cuerpecito. Por eso se dice que no curan males específicos, sino los desequilibrios emocionales que conllevan a producir estos problemas. Cada niño tiene un temperamento, que es biológico y que trae como carga genética, y que es modificado por el medioambiente. (Somos seres bio-pisco-social-espiritual)

¿Hay niños a los que nos les hace efecto?

La experiencia clínica dice que la esencia floral hace todo el esfuerzo por reestablecer la armonía del niño y sacarlo adelante, pero si el niño está en un medio de desamor, no pasará nada. Si está en un ambiente de agresión, de violencia intrafamiliar o indiferencia, ninguna fórmula, por precisa que sea, logrará hacer algo. Los medicamentos tampoco hacen efecto si no se hace modificación del entorno. Por esta razón, las formas y prácticas terapéuticas serán elaboradas tanto para los padres como para el niño.


Ilustracion: Cintia Zelaya

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